EL LICANTROPO

Autor: Anónimo. Relato del viejo mundo

CAUSA Nº 1778: CAUSA CONTRA HOMBRE LOBO, JUZGADOS DE ALLARIZ - ORENSE
El criminal psicópata gallego Manuel Blanco Romasanta, nació en la aldea de Regueiro, Esgos, 18 de noviembre de 1809.
Romasanta afirmó que, víctima de un maleficio que lo volvía lobo, había matado a trece personas a sangre fría, usando sus manos y dientes para acabar con sus vidas y comerse los restos. El juicio (conocido como la "causa contra el hombre lobo") había durado aproximadamente un año, donde se le acusaba de llevar con él - con mentiras y engaños - a mujeres y niños para matarlos y sacarles el sebo para posteriormente venderlo.
En este litigio declaró ser víctima de un sortilegio de una bruja que, según él, le hacía transformase en lobo durante las noches de luna llena. Sin embargo más tarde alegaría que no fue víctima de ningún maleficio sino por el contrario padecía una extraña enfermedad, confesando todo en cuanto regresaba a su forma humana. Esto fue suficiente para condenarlo a la pena capital del garrote a sus cuarenta y tres años. Sin embargo como defensa, Romasanta alegó que era imposible probar un asesinato con tan solo una confesión, aunque esta fuera del acusado.   
-          “La primera vez que me transformé fue en la montaña de Couso. Me encontré con dos lobos grandes con aspecto feroz. De pronto, me caí al suelo, comencé a sentir convulsiones, me revolqué tres veces sin control y a los pocos segundos yo mismo era un lobo. Estuve cinco días merodeando con los otros dos, hasta que volví a recuperar mi cuerpo. El que usted ve ahora, señor juez. Los otros dos lobos venían conmigo, que yo creía que también eran lobos, se cambiaron a forma humana. Eran dos valencianos. Uno se llamaba Antonio y el otro don Genaro. Y también sufrían una maldición como la mía. Durante mucho tiempo salí como lobo con Antonio y don Genaro. Atacamos y nos comimos a varias personas porque teníamos hambre.”
Un hipnólogo francés que había seguido el caso envió una carta al Ministro de Gracia y Justicia en la que expresaba sus dudas acerca de si Romasanta padecía o no licantropía. Aseguraba haber curado a otros pacientes con la hipnosis y pedía que, antes de ejecutarlo, le dejaran hipnotizarlo. También solicitó la intervención de la reina Isabel II, que a su vez pidió al Tribunal Supremo que revisase el caso.
Tiempo después, Isabel II firmó una orden para liberar a Romasanta de la pena capital, reduciéndose ésta a la perpetua.
Se cree que falleció en Ceuta, el 14 de diciembre de 1863, siendo éste, el único caso documentado de licantropía clínica en España
...Romasanta no murió en prisión.

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