¿HASTA DONDE LLEGA EL MUNDO?


       Autor: J. J. Nuñez



-          ¿Hasta dónde llega el mundo? – preguntó la pequeña Alina a su padre.
-          El mundo es muy grande. – respondió aquel hombre de rostro añoso. – Pero acaba donde la vista llega en el océano. –
-          ¿Y qué hay más allá del océano, padre? –
-          Más allá del océano hay una interminable “nada”, pequeña. –

Pero Alina no se conformó con esa respuesta, así que fue donde los pescadores, ya que los mares son sus dominios. Ellos seguramente sabrán que hay más allá del horizonte y por supuesto, hasta dónde llega el mundo.

-          ¿Qué hay más allá del océano? –
-          El océano es muy grande. – respondió el marino de piel curtida y horadada por el sol. – Pero acaba donde la vista llega en una gran cascada. –
-          ¿Y qué hay más allá de esa cascada, señor marinero? –
-          Más allá de esa cascada hay una interminable oscuridad, pequeña. –

Pero Alina, nuevamente, no quedó satisfecha, así que fue donde los sabios, ya que sus conocimientos son la luz en la oscuridad. Ellos seguramente sabrán que hay más allá del abismo y desde luego, hasta donde llega el mundo.

-          ¿Qué hay más allá de la gran cascada, más allá de los océanos? –
-          La gran cascada es muy grande. – respondió el sabio de larga barba blanca. – Pero acaba donde la vista llega en el cántaro del dios Aquario. –
-          ¿Y qué hay más allá de ese cántaro, señor sabio? –
-          Más allá de ese cántaro hay una interminable neblina, donde las aguas se acumulan y regresa a la tierra en forma de lluvia. –

Esta vez Alina, quedó satisfecha. Pero muchos años pasaron y nunca se olvidó de la última respuesta y las dudas regresaron a su corazón. Un día se topó con un vagabundo, de espesa barba desaliñada y el rostro curtido por el tiempo y el sol.

-          Usted ha viajado por los confines del mundo y quisiera saber ¿Qué hay más allá del cántaro del dios Aquario, donde caen las aguas de la gran cascada que se encuentra al fin de todos los océanos?
-          Aquel cántaro debe ser muy grande. – le respondió con una enorme sonrisa. – Pero debe acabar más allá donde la vista llega, en la imaginación de las personas.
-          ¿En la imaginación de las personas, dice? – preguntó contrariada.
-          Así es. La imaginación es infinita al igual que la ignorancia. – señaló el camino y le dijo. – Si quieres saber dónde termina el mundo, deja de preguntarle a los demás, éstos te responderán según lo que hayan aprendido y conozcan, o si no, lo que imaginan. Hazte tú la pregunta y échate a andar que tus pies te darán a conocer la respuesta que estas buscando. De seguro verás, que el mundo es tan grande como puedas imaginar. –
-          ¿Hacia dónde debo ir, entonces? –
-          Mira las estrellas y apunta hacia ellas, aunque te quedes en el cerro. Más allá del mundo, hay un universo infinito, que espera por ti. –

Y así, mi palabra, fue rodando como piedra en torrente. He narrado para la memoria de la buena gente.

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